Wednesday, April 09, 2008


Balance de la legislatura de Susie Q
(en el zulo del bosque central)
No he querido hablar demasiado de temas de trabajo desde que salí del nido de los pájaros naranjas, que ahora por cierto atraviesa una mala racha. Pero hoy voy a hacer una excepción. Desde hace ya más de un año soy PR manager, es decir, una pesada más en un gabinete de prensa más (¡Pero en inglés todo queda taaan coool!). Desde el lado oscuro de la fuerza, como lo denominaba en los inicios, cuando encaraba con ilusión este etapa, se aprende muchísimo de las rutinas periodísticas en las diferentes ramas de la comunicación: radios, diarios, semanales, mensuales, agencias, tv... e incluso de las peculiaridades de cada una de las secciones. Sobre todo porque la diversidad de sectores de tus cientes te obliga a relacionarte con muchos tipos de periodistas. Repaso alguno de ellos: existe el redactor snob de las revistas de tendencias, casi horario de oficina excepto los días de cierre y alias 'mi opinión influye profusamente en la gente' y el altivo redactor de sociedad del diario, que te coge el teléfono desde su altar porque él representa la verdadera esencia del periodista real, que busca la noticia (y no necesita que tú se la des). Los privilegiados redatores de prensa económica están muy acostumbrados a los pesebres pero son previsibles: dáles los resultados anuales, los quatrimestrales y alguna que otra entrevista si compran empresas, abren sedes -preferiblemente en China- o echan a gente. Los productores de los programas de radio venderán su alma al diablo para que les envíes una persona para participar cuando lo necesitan pero te colgarán el teléfono groseramente cuando tú les llames porque estarán a punto de entrar en directo, aunque sea mentira. Los de cultura quieren que les trates como si ellos fueran los artistas y los de política... creo que de éstos puedo comentar poco. Estereotipos a parte y bromas a parte, porque generalizar nunca suele ser justo, la visión general de los medios que se obtiene en un gabinete creo que es bastante completa. El balance de estos meses es correcto, he aprendido facetas de la comuncación cercanas al márketing, he comprobado por experiencia propia cómo una nota de prensa puede tener la fuerza de pasar a los medios escritos, a las tertúlias radiofónicas y finalmente a los discursos en el Parlament. No sé cuándo saldré del zulo del bosque central aunque creo que hay algo en el país de las maravillas que se ajusta más a lo que me gusta más.
(((El de la foto es, para no perder el humor, el sr. Pulitzer)))

6 comments:

Anonymous said...

Pobre señor Pulitzer, si levantara la cabeza....
Las clasificaciones en los trabajos son de lo más divertido, sobre todo porque la gente ajena a ese mundo pensábamos que todos los periodistas erais como la Patiño, jejejejeejej!!!!

Tomás said...

Desde que no le dieron el Pulitzer a Capote cualquier cosa...

Yo debo ser de los snobs que intentan influir, cada vez menos, como los PR.

Anonymous said...

¿Las notas de prensa salen de los gabinetes y se comentan en el Parlament? Qué pena: hemos pasado del "parlamentarismo" al "leerismo"...
J.

P.D: Eso sí, cuando uno ve a los periodistas discutir y pelearse como si estuvieran en el parlamento, sabe que algo no funciona en este país...

Anonymous said...

MUY GRANDE!

Y muy cierto.

Muerte al periodista.

Anonymous said...

Por cierto... podrías aumentar el tamaño de la letra de tus posts?

Que me dejo la vista cada vez que te leo. Suerte que lo haces poco!

Ricard said...

Que serio el señor Pulitzer... ¿no?

Siempre me ha hecho mucha gracia lo del premio Pulitzer de narrativa... suelen darselo a tostones infumables que no entienden ni ellos... bueno, quizas no sea tan curioso... aqui hacemos lo mismo