Kiss es, entre otras cosas, el nombre de una gran canción de Prince. Pero también es el acrónimo de un principio de actuación que se utilizó por primera vez en el campo de la ingeniería en los 60’ pero se ha extendido ya a cualquier sector: ‘Keep it simple, stupid’. Para los políticamente correctos está la versión light: ‘Keep it short and simple’. Intuyo que no se importará a la vida diaria hasta que alguien lo utilice en la tele. Yo lo leí el otro día en un artículo.

Entonces comprendí que una de las máximas que yo siempre había defendido ya había sido bautizada y oficialmente acabo de incorporarla a mi lista de lei motiven (expresión alemana, por cierto), junto a ‘deja de fluya’ y 'la vida es cuestión de prioridades'. Pensadlo; el principio te asegura una media de 5 utilizaciones diarias.
*Imagen: Francesco Hayez, El Beso (1859)