
Dance, dance, dance!
Me considero una persona bastante ordenada; Bueno, no llego al extremo de alinear las latas de refrescos por sabores (y distribuir el resto de alimentos según criterios varios) en la nevera, como si fueran un cuerpo de baile, pero aún así... Pues bien, estaba hace un rato intentado ordenar las canciones del iTunes, porque hay muchas, casi todas las piratas, que tienen toda la información en el apartado "artista", y luego me cuesta encontrarlas. Entonces me he dado cuenta de la diversidad de mi biblioteca musical (término Apple): de la sensual Carla Bruni ('regardez-moi, je suis le plus belle du quartier') pasa a las letras azucaradas de Carlos Baute ('te regalo mi orden, mi desorden, te regalo mi norte y mi horizonte') y sigue un tangazo de Carlos Bardel ('Corriente, 3, 4, 8'). Mis adorados Wir Sind Helden ('sie haben uns, ein Denkmal gebaut') se mezclan con el prolífico Andrés Calamaro ('Maradona, no es una perona cualquiera') y la Watling actúa en Marlango ('for once, enjoy the ride') mientras Nena Daconte se pregunta ('en qué estrella estará'). Paco de Lucía ('como el aguaaaaa') compite en gritos con Rammstein ('mann gegen mann') y el quejoso-rockero de Quique González ('dónde están las gafas de Mike?') precede a la única canción famosa de Rihanna (la de 'under my umbrella, ella, ella...') y a la clásica Lizza Minelli ('good bye mein liebe Herr'). Imagino que a quien más y a quien menos le resultan estas extrañas mezclas cuando aprientan el botón del chufle (schuffle), pero... ¿tanto?