Friday, January 04, 2008


Die Wascherei
(la lavandería)

Hace una semana se estropeó la lavadora. Habré pasado por delante de la lavandería unas cien veces y por fin, entré. (Alguna vez había pensado, seguramente por culpa de las películas de sobremesa americanas de Antena 3, lo bonito que sería dejar la mierda de trabajo que tengo y abrir una lavandería-ciber-café-librería donde la gente acudiría no sólo a hacer la colada sino también a navegar por Internet, leer un libro o tomar un té. Gente de todas las edades, razas y religiones, pero todos guapísimos, simpáticos y con mucho tiempo libre, claro. Y yo regentaría el local como una madame de máquinas: paredes de colores, mobiliario de líneas modernas, pantallas planas, cafeteras Nespresso y lavadoras de diseño de última generación. El olor del suavizante mezclado con el del té de canela y los muffins y yo llegando puntual y sonriente a las 10 al trabajo, para subir la persiana, con vaqueros, bambas y sin maquillar). La verdad es que la experiencia real fue mucho más aburrida que la imaginaria, suele pasar. Compré una lavadora nueva y seguiré pasando por delante, sin entrar.

2 comments:

Anonymous said...

De ilusión también se vive, Susie... Quién sabe, quizá algún día pases por delante de la lavandería, leas un cartel de "Se traspasa", y te decidas a dar el paso. Mientras tanto, que disfrutes de tu nueva lavadora.
Un saludo,
J.

Nina Raval said...

Todo es ponerse.