Sunday, September 16, 2007



"No siempre el que se acerca a la otra persona es el más débil"
Esta frase, de esas de pararte a pensar unos segundos, es la que más me impactó de la obra La nit just abans dels boscos, un monólogo de Bernard-Marie Koltès, que ha dirigido Àlex Rigola para el Lliure. El protagonista es un extranjero que vive en la calle, sin trabajo, sin dinero, sin nadie con quien hablar. En su discurso de una hora y cuarto que van hilvanando 6 actores hay momentos cómicos, como cuando explica cómo le da de beber a su titola en el lavamanos después de mear. En muchas otras ocasiones olvidas que la obra gira alrededor del personaje porque te centras en la historia que acaba contando después de irse e irse por las ramas. El final trágico, desesperado, con los gritos que mandan a toda la sociedad a tomar por culo es conmovedor. Pero esta frase pronunciada casi al principio de la obra recuerda que la soledad es un camino difícil pero a veces también cómodo y poco arriesgado. El extranjero es uno de los que más sufren la soledad y es tan complicado o más padecer ese estado que salir de él. Volviendo a la obra, cada uno de los actores con su voz, con su pose, con su fisonomía diferente, aportan cada vez matices distintos que se van sumando en la persona del extranjero y conformándola. Cuanto más voy, más me doy cuenta de que me gusta el teatro. Foto: Dos estatuas de persona, cara a cara, tamaño natural; en una calle de Londres.

3 comments:

Anonymous said...

Vaya, qué casualidad, Susie, yo también vi la obra, y coincido contigo: en ocasiones las historias que explica el protagonista hacen que te olvides de la "verdadera historia"... Eso sí, me quedo con la excepcional interpretación de Josep María Pou y Francesc Orella ("El enemigo del pueblo").
J.

Anonymous said...

Si es el enemigo del pueblo, ¿es un lobo?. Ahí lo dejo.

Nadia said...

La peor soledad es la no deseada...