Humo
Tengo un problema. Creo que trabajo en una de las calles más contaminadas de Barcelona. Creo que si alguien fuera con uno de esos aparatitos para medir el CO2 (eso existe, ¿no?) comprobaría que mi percepción es real. La razón es evidente: justo en ese tramo de la calle se concentra el origen final de muchos autobuses urbanos y de la mayoría de líneas de autocares que van y vienen de poblaciones como Gavà, Alella, Rubí, Sabadell, Sitges o Lloret. Las colas que se forman son, a veces, de varios metros; otras, la gente que espera cabe debajo de la parada. Personas con cara de resignación, adolescentes vestidos a la última, bostezos, parejas que se abrazan, gente con cara de mala leche, guiris y un número de reproductores mp3 por metro cuadrado similar al del metro. Todos ellos esperando pacientemente a que el conductor acabe su café y su cigarrito en el Bracafé de delante, para volver (por ¿quinta? vez en ese día) a trazar su ruta. Mientras, los autobuses, con el motor encendido, aparcados en doble y triple fila, escupen su humo negro.
5 comments:
Eso es trabajar en una ciudad. Cuando no es contaminación por humo, es por ruido.
Soy urbanita desde que nací, pero recuerdo un viaje relámpago a una masia de unos amigos en Berga. Estuve sólo cinco días, pero cuando volví, el autobús me dejó en la Pl. Universitat. Jamás he vuelto a sentir el estrés del ruido, los humos, la gente, los skates, las sirenas, TODO con lo que nos hemos acostumbrado a vivir.
Ya no vemos el humo, vivimos en él.
Waw!! Leyendo tu post he sentido la contaminación de esta ciudad... la verdad es que coincido con rus plenamente: vivimos en humo!!!
Jejeje, casi es fácil saber en que calle trabajas. Nada, mascarilla al canto!
venir a Diagonal MAr. no hay tanta contaminación! y tampoco tantos autobuses...
Casi siento el olor de estos malditos autobús quien mandan a los narices su humo mortal sin parar!
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